12 de enero de 2017

Pantalones rotos



Antiguamente,  cuando yo era niño, allá por los años 50 del pasado siglo, nos rompíamos a menudo los pantalones y los jerseys pues la mayoría de los juegos pasaban por tirarnos al suelo o trepar por los árboles y las tapias. Las prendas no se tiraban al primer roto sino que se recurría a  los remiendos, a los parches, a las rodilleras o a las coderas, según la entidad de la rotura y la habilidad de la costurera. En cualquier caso tales prendas, en mi casa que era de clase media baja, ya no se podían poner  los domingos ni en las fiestas, ni tampoco para ir de visita. Tiempo después los fabricantes diseñaron pantalones con rodilleras y jerseys y chaquetas con coderas, lo que tiene bastante sentido porque además de la novedad del diseño se añade cierta protección a la ropa.

Pero esta moda de los pantalones rotos es "contra natura". Si es de fábrica,  y el pantalón es el más caro del mercado , la "contra natura es máxima", es una ofensa a los humanos en general y a lo necesitados en particular, es el derroche por el derroche.  Y las chicas que los llevan no están más favorecidas con tales prendas creo yo, e incluso, los legos en la materia, a veces dudamos si tales atuendos son consecuencia de la moda o son el resultado de unos momentos de pasión; en tal caso sí tendría sentido. Me viene a la memoria la gabardina que lucía Cantinflas en sus películas. En fin eso me parece a mí aunque pienso también que me estoy haciendo viejo.